“Con la llegada a la Granja de San Ildefonso y la cercanía a la meta del puerto de Navacerrada, la décimo novena etapa de la Vuelta era mi última oportunidad y tenía que intentarlo. En la subida al puerto de Navacerrada me he mantenido delante con los cambios de ritmo de los hombres del Liquigas. Aunque me he notado un poco más fatigado que las jornadas anteriores, mi condición de escalador me ha permitido aguantar con los mejores. Muscularmente me noto un poco tocado y en el ascenso iba justo, aunque no tanto como Robert Gesink, con las secuelas aún de la caída el mismo día. Por esa circunstancia he subido un puesto en la clasificación general, y ahora soy quinto. Una alegría poder progresar, pero con pena por hacerlo de esta forma.
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