A su presidente, Pat McQuaid, no le importa confirmarlo: "Se ha demostrado que con Valverde tratamos un tema de dopaje y, por tanto, la UCI le impondrá un castigo mínimo de dos años". Aunque, como McQuaid reconoce, no sabe hasta dónde se le permite operar: "Tanto para ampliar la sanción a nivel internacional como para quitarle los títulos debemos llevar a cabo un profundo estudio de la documentación y las cuestiones legales a nuestro alcance". El problema radica en que si se extiende la suspensión hasta 2012, hablaríamos de dos sanciones: la que prohíbe al murciano correr en Italia hasta mayo de 2011, y la nueva que aplicaría la UCI, con la que no podría participar en ninguna carrera del mundo, excepto en las italianas, desde mayo de 2011 hasta 2012. Sería una contradicción absoluta, pero en el Caso Valverde no existen precedentes. En el supuesto de que le pudieran arrebatar las victorias, perdería, entre otras, la Vuelta y el Dauphiné de 2009, y la Flecha Valona y la Lieja de 2006.
Fuente. As.com
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